El proceso creativo de una tarta

¿De dónde vienen las ideas?

Cuando pienso en todo lo que conlleva crear una tarta, lo primero en lo que pienso es en ese primer paso del proceso creativo que es "La idea", una idea que en la mayoría de los casos viene de golpe, así sin más, a veces puede ser un recuerdo, un olor, una textura, un color, una canción, un sentimiento, una receta que leí en algún libro o que encontré merodeando por ahí en Internet y a partir de ahí evoluciona.

Quizás la imagen de arriba desvela mucho parte de ese proceso creativo, esa fotografía la tomé un día que estaba tomando otras fotos y de repente me dí cuenta que la luz era perfecta, cálida, así que aproveché para tomar unas cuentas más, que no tenía en mente, con elementos que me gustaban sin pensarlo mucho y siguiendo mi instinto y ese fue el resultado, sin duda no es la foto más preciosa del mundo, pero me gustó mucho la forma en que pude captar los colores y las texturas. Con las tartas sucede igual, en ocasiones estás decorando una tarta que tenías en mente y en el proceso surgen nuevas ideas, quizás para próximos proyectos.

Casi siempre tengo la oportunidad de escribir las ideas tal como vienen y luego trato de plasmarlas con un boceto en papel (que quede claro que yo no tengo dotes artísticos en ese sector del dibujo, pero es lo que más me ayuda a visualizar las ideas por más rústicas que sean), no importa si lo que tengo más a mano es una factura del supermercado o alguna propaganda que me dieron en la calle, ahí escribo, dibujo... y después tengo papelitos con ideas por todos lados.

Adicional al desorden de los papelitos, tengo también una libreta donde llevo todas y cada una de mis ideas de manera más organizada y se ha convertido en una gran fuente de inspiración. A veces me sorprende leer cosas he escrito hace algún tiempo y que había olvidado por completo, por lo general son ideas que me definen tanto como persona que espero algún día poder hacerlas todas.

Por ejemplo...

Mi idea para este San Valentín, ha sido crear un postre con la estética de una "Tarta Charlotte", compuesto por un bizcocho base de almendra y pistacho acompañado de un mousse de chocolate negro, una gelatina de cava y frambuesa, un mousse de chocolate blanco y fresa, rodeado de soletillas, cubierto con una crema ligera de queso y decorado con fresas frescas con un toque de papel de oro! Sin duda son muchos sabores pero el resultado final me ha sorprendido muy gratamente, los sabores han quedado en armonía y podía apreciarse el contraste de texturas que era lo que yo buscaba.

Quería algo diferente, un poco sofisticado pero sin ser presuntuoso, con sabores que nos gustan mucho a mi marido y a mí. Chocolate, fresas, cava, pistachos, almendras, queso crema... Qué podía fallar? TODO y a su vez NADA.

Así surgen con mucha frecuencia mis ideas, busco alguna ocasión especial que me permita experimentar con el postre y me pongo manos a la obra. Como siempre, al final es una idea que evoluciona, es normal que no salga perfecto a la primera o que no salga tal cual lo imaginaste estéticamente pero de eso se trata, de ir experimentando. Con frecuencia he leído que no es recomendable hacer un postre que nunca hayas hecho antes para una ocasión especial, y lo cierto es que yo difiero mucho de esta idea, porque esa ha sido mi regla estos últimos años hacer cosas que nunca había hecho antes.

Es un riesgo que hay que tomar, y que yo me doy el lujo de tomar cuando estoy rodeada de amigos o familia que ya me conocen jeje.

Cuando se trata de un cliente, la dinámica es diferente, ya que en ocasiones el cliente viene a ti con una idea clara de lo que quiere y tu solo tienes que interpretarla y darle tu toque personal. Pero así como hay clientes con las ideas y los gustos muy claros hay otros que no, y esos, a pesar de ser clientes difíciles porque suelen ser un reto, son de los clientes que más me gustan porque ponen en tus manos las riendas del proyecto, con la confianza en que harás algo que les guste, les sorprenda y que tenga tu sello personal.

Al final de cada proyecto independientemente de que sea un encargo o solamente un proyecto personal me gusta apuntar las cosas que hubiese hecho diferente y los detalles que quiero mejorar para la próxima vez.

Siempre busco inspiración en las cosas que me gustan, paseando por la calle, en un museo, en un restaurante, en el cine, en fotografías, etc. Si voy a una tienda donde tienen libros voy y los hojeo, no importa que no sean de cocina, pueden ser de arte, de ciudades, de ciencia ficción, de lo que sea... la inspiración no debe buscarse solo en el ramo culinario, porque a mí no solo me define la comida, me definen mis gustos personales, mis pasiones, mis sueños, mis vivencias... Y eso es lo que me gusta plasmar en mis postres.

También me gusta llevar tableros en Pinterest porque me permite guardar en "carpetas" de diferentes temáticas cosas que me gustan e inspiran de manera mucho más organizada, y así puedo volver a ellas cuando quiera ya sea desde el móvil o desde la computadora.

El secreto es ser receptivo, la inspiración está ahí en todos lados solo hay que dejarse llevar. Lo importante aquí es no cohibirse sino arriesgarse. De las experiencias siempre se aprende, y no hay mejor forma de aprender que haciendo, y lo digo con toda la propiedad que me confiere el ser autodidacta. Así que manos a la obra!

Antes de cerrar este blog, quiero pedirles disculpas por la ausencia de posts estos meses. Era un tiempo que necesitaba para mí, para poner mis ideas y prioridades en orden. Así que vengo con las pilas recargadas y con muchos proyectos en mente, sin duda quiero seguir compartiendo con ustedes mis experiencias, consejos y recetas.

Me encantaría saber qué los inspira y cuáles son sus fuentes de inspiración, escríbanme en los comentarios sus reflexiones.

Hasta la próxima!

P.D. Mi más sincero y especial agradecimiento a todos los que han sido mis conejillos de india en algún momento de este recorrido repostero, y sobre todo a mi marido, mi fuente de inspiración, quien me ha acompañado día tras día en este constante aprendizaje sin dejar de apoyarme, alentándome siempre a seguir adelante. Gracias!